Vuelta
"Qué bien y mal lo he pasado, qué ganas tengo de irme a casa, voy a fumarme un cigarrillo. Hoy me voy a quedar en el parque, puede que haya venido a buscarme".
"¡Anda! Creo que este va conmigo a veces, pero qué pereza saludarle…y ésta siempre me saluda y aun no sé su nombre". ¡Adiós!
"Oh…por fin aire, pero sigue habiendo demasiada gente". "Me lio el pitillo y me voy corriendo, que empiezo a tener hambre". "Aunque, ahora que lo pienso, siempre tengo hambre al salir, pero con el pitillo se me quitan las ganas de comer". "Qué estupidez". "¿Qué más da?"
"Ellas están allí, como siempre, como estatuas". "Agridulce rutina". "Voy a hacer como siempre, hacer ver que las escucho, comentar alguna tontería e irme con mi música a otra parte". "Pero otro día será cariño, para eso tendrías que haberte ido antes, porqué ya sabías que, por suerte o por desgracia, ibas a encontrar compañero de viaje". "Así pues, otra vez, a hablar de temas sin importancia pero que gracias al día a día son solo vuestros".
"Ahora esperaremos el bus mientras el estanco cierra sus puertas". "Ellos también tienen que comer". "Suerte que has comprado el paquete de tabaco antes y aun te queda para dos semanas, por lo menos". "Lo que no habías pensado es que para subir al bus ibas a tener que pagar". "Pero, ¿cómo lo iba a hacer, si con el cansancio y mi chulería se me haría demasiado pesado?".
"Siento decirte, bonita, que tampoco vas a poder sentarte, pues ya es mediodía y la ciudad está en ebullición, así que ponte en medio del bus, donde hay suficiente sitio para los cuatro". "Y deja que hablen, que empiecen temas en los que tu no estas involucrada, así vas a poder mirar por la ventana". "Ventanas, piedra, cemento, sol o lluvia, y yo, mi egocentrismo post-instituto y mi humor cargando con mochilas, carpetas y montones de hojas".
"Pero te gusta demasiado mirar por la ventana y buscas otra vez el vendedor de la librería de la esquina, esperando a ver pasar madres con cochecitos y jovencitas con carpetas y falda, coches, chicos que andan como patos, debido a sus pantalones “caídos” y mucha gente mayor con gafas de sol…pijas, tiendas, flores, médicos y más pijas con tacones aún más altos". "Y al fin Plaza Kennedy, que indica el final del trayecto". "Tú te despides sin ganas pero siempre sonriendo. Bajarás, y sin darte cuenta ya estás ahí". "No te has fijado pero has mirado todos los sitios por los que pasas cada día, aunque ya te los sabes de memoria, y has analizado todas las caras y ellas te han respondido". "Qué disperso es todo". "Pero aquí estas". "Calle Bertran, mediodía profundo".
(14-12-2010)
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